Remedios naturales para la menopausia

Los trastornos de la menopausia, como los sofocos o la sudoración nocturna, son debidos a una disminución en los niveles de estrógenos en la sangre. La terapia hormonal de la menopausia suele ser el tratamiento recomendado para sofocos o el síndrome genitourinario, sin embargo, existen otras opciones que incluso pueden ser complementarias al mismo. Cada mujer debe encontrar el tratamiento más adecuado acorde a las necesidades específicas y únicas de cada una. 

Para todos estos síntomas existen tratamientos y remedios naturales que pueden ayudar a sobrellevar mejor cada etapa de la menopausia.

Remedios naturales

Además de los tratamientos médicos, hay tratamientos naturales que también funcionan cuando los síntomas son leves. Antes de tomarlos, consulta con tu ginecólogo, puesto que sean naturales no significa que sean inocuos.

Sofocos. Además de la soja, el trébol rojo, la salvia y el aceite esencial natural de ciprés son plantas que pueden ayudar a reducir los sofocos, uno de los síntomas más molestos de la menopausia.

Ansiedad e insomnio. La pasiflora, la valeriana o el espino blanco pueden ayudarte a relajarte y a sentirte menos estresada. Si tienes el ánimo bajo, puedes recurrir al hiérico o hierba de San Juan. Pero habla antes con tu médico, puesto que esta planta puede interactuar con otros medicamentos, por ejemplo, con los antidepresivos.

Colesterol y los triglicéridos. Aunque no hacen milagros, dentro de una dieta sana y si haces ejercicio, remedios como la onagra, el ajo, la borraja o el arroz rojo  te pueden ayudar a mantener a raya los niveles de colesterol y triglicéridos, que suelen aumentar en esta etapa de la vida.

Falta de deseo sexual. Se trata de otro de los síntomas asociados a la menopausia y que a muchas mujeres les preocupa. Existen remedios que pueden ayudar como la maca andina o la damiana. 

Sequedad vaginal. También se trata de un síntoma muy molesto y que puede afectar a otros aspectos de la vida de la mujer, como a sus relaciones con la pareja. En este sentido, existen geles y comprimidos sin hormonas que pueden ayudar a mejorar la lubricación, así como el deseo sexual.

Tratamientos naturales

Datos procedentes de Estados Unidos indican que 8 de cada 10 mujeres menopáusicas con sofocos utilizan tratamientos alternativos. Los remedios alternativos utilizados con más frecuencia son:

Fitoestrógenos. Son compuestos procedentes de las plantas que se asemejan al estradiol, una hormona femenina. Varios de estos fitoestrógenos han sido evaluados en estudios científicos para conocer su utilidad para el control de los síntomas de la menopausia.

Las isoflavonas de la soja, están presentes en numerosos suplementos y habitualmente van unidas a la glucosa (azúcar) de los compuestos vegetales. Su eficacia depende de su posibilidad de liberarse de dicha glucosa, una acción llevada a cabo por las bacterias intestinales. Algunos estudios  han observado que los compuestos de soja pueden ser beneficiosos para controlar los sofocos y la sudoración nocturna. Las isoflavonas NO deben ser tomadas por mujeres con antecedentes de cáncer de mama o de cáncer de endometrio.

Linaza. La linaza es una semilla rica en fitoestrógenos. Si bien es habitualmente utilizada para el tratamiento de los síntomas menopáusicos, una revisión de diferentes estudios realizados con esta sustancia ha demostrado que no tiene ninguna eficacia.

Trébol rojo o trébol violeta. Contiene 4 isoflavonas: daidzeina, genisteina, formononetina y biochanina A. Un estudio demuestra que efectivamente reduce la intensidad de los síntomas de la menopausia.

Aceite de onagra. Es un tratamiento popular para tratar los sofocos. A pesar de ello no existe ningún estudio que haya demostrado su utilidad.

Cohosh negro. Es una planta americana que inicialmente se pensaba que era rica en fitoestrógenos. Actualmente, se ha demostrado que no lo es, pero que podría aliviar los síntomas de la menopausia al actuar sobre determinadas zonas cerebrales.

Recomendaciones

Existen diversas recomendaciones dirigidas a mejorar la calidad de vida de la mujer en esta etapa, por lo que  escoger alternativas naturales para evitar los posibles efectos secundarios  adversos de las terapias farmacológicas es una buena opción.

Alimentos ricos en calcio y vitamina D. Una dieta rica en calcio y vitamina D es fundamental para prevenir la pérdida ósea que se encuentra asociada a la menopausia y a un menor riesgo de fracturas de cadera debido a huesos débiles. Toma productos lácteos como el yogur, la leche y el queso, también verduras de hoja verde, tofu, frijoles o sardinas.

Consume más proteínas. Comer proteínas con regularidad puede ayudar a prevenir la pérdida de masa muscular que aparece con la edad y va a contribuir a bajar peso y equilibrar mejor tu estado de ánimo y el sueño. Los alimentos ricos en proteínas incluyen carne, pescado, huevos, legumbres, frutos secos y lácteos.

Mantén un peso saludable y evita ganar kilos. Es muy habitual ganar kilos durante esta época, un peso saludable puede ayudar a aliviar muchos de los síntomas más acusados de la menopausia y prevenir enfermedades. Tener un exceso de grasa corporal aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y diabetes, además de ser un factor desencadenante de sofocos y sudores nocturnos.

Frutas y verduras. Una dieta rica en frutas y verduras te va a ayudar a mantener los huesos sanos y prevenir el aumento de peso y ciertas enfermedades. Son bajas en calorías y te sentirás más llena.

Evita la cafeína, el alcohol y los picantes. Ciertos alimentos pueden desencadenar sofocos, sudores nocturnos y cambios de humor, y en especial cuando los consumes por la noche. Evítalos y haz una lista con aquellos que hayas notado que no te sientan bien.

Dieta con alto contenido de fitoestrógenos. Son compuestos vegetales de origen natural que pueden imitar los efectos del estrógeno en el cuerpo y ayudar a equilibrar las hormonas. Algunos alimentos que puedes incluir en tu dieta son: soja, tofu, tempeh, semillas de lino y semillas de sésamo. Podrás reducir el colesterol y la presión arterial, además de rebajar la intensidad de los sofocos.

Bebe mucha agua. Dos litros de agua al día te pueden ayudar a prevenir el aumento de peso y reducir los síntomas de sequedad generada por la reducción de los niveles de estrógeno. También puede reducir la hinchazón que puede aparecer debido a los cambios hormonales.

Elimina el azúcar refinado y los alimentos procesados. Una dieta alta en carbohidratos refinados y azúcar puede provocar subidas y bajadas bruscas del azúcar en la sangre, lo que te hace sentir especialmente cansada e irritable y puede contribuir a tener episodios de depresión y una peor salud ósea.

Incluye el ejercicio. Actívate y haz ejercicio tanto de resistencia como de fuerza e impacto que forme parte de tu rutina diaria. Es efectivo para tratar los sofocos y los sudores nocturnos. También mejora tu energía y tu metabolismo, es bueno para tus articulaciones y salud ósea, disminuye el estrés y propicia un mejor sueño.

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Referencias

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