Si te ha pasado que, aunque no tengas hambre, sientes antojo por comer, y generalmente lo que pasa por tu mente es algo dulce, esto puede deberse a una cuestión emocional o a que tu organismo necesita glucosa.
Conoce los motivos más comunes detrás de los antojos de azúcar y qué alternativas elegir para evitar comer dulces de forma constante.
Los alimentos que contienen azúcares son importantes para nuestra salud porque nos aportan energía y son clave para el desarrollo de muchas funciones vitales. Además, comer dulces es un placer, por qué negarlo. Sin embargo, los alimentos dulces tomados en exceso son perjudiciales y pueden crear cierta dependencia.
¿Sientes ansiedad por comer dulce y te interesa saber cómo se puede gestionar? Te lo explicamos
PORQUE TIENES ANSIEDAD DE COMER COSAS DULCES
El azúcar es una sustancia indispensable para el correcto funcionamiento del organismo. De hecho, cuando los niveles de azúcar en sangre (glucosa) bajan, sentirás falta de energía y de concentración e irritabilidad. Cuando estos valores bajan demasiado, los síntomas llegan a incluir visión borrosa, temblores y convulsiones.
Si no hay otros factores desencadenantes, tener ganas de comer cosas dulces es bastante común ya que el azúcar es una fuente inmediata de energía.
No obstante, la sensación de hambre y los antojos dulces no siempre están relacionados con una bajada de los niveles de glucosa. También aparecen por otros factores que pueden abarcar desde aspectos comportamentales, hasta emocionales.
Por lo general, entre los especialistas hay consenso en las principales causas de los antojos frecuentes de dulces:
- Descansar poco
- Una dieta poco equilibrada
- El estrés excesivo
- El aburrimiento
- Hacer dietas muy estrictas
- Uso excesivo de azúcar
Y ¿por qué frente a estas situaciones nuestro cuerpo nos pide algo dulce y no, por ejemplo, salado?
El sabor dulce se asocia a sensaciones placenteras y de bienestar. Según algunas investigaciones esta relación se debe a la liberación de neurotransmisores como las endorfinas tras comer algo dulce. Dicho de otra forma, se crea un mecanismo de recompensa donde la función de nutrición del alimento es sustituida para suplir otras necesidades (emociones negativas, cansancio, abstinencia, etc.).
Cuando el cuerpo te pide algo dulce...
Comer es uno de los placeres de la vida y tener antojos por cosas dulces, de vez en cuando, es normal. Sin embargo, no es lo mismo tener ganas de dulce puntualmente que decir “no puedo parar de comer dulces”.
¿Qué es lo que nos pasa cuando se presenta esta necesidad? ¿Por qué algunas personas tienen continuamente un antojo dulce?
Lo más común es que esta ansiedad por comer dulces sea el resultado de la costumbre de ingerir mucho azúcar.
En este caso, después de tomar algo dulce, poco a poco, los niveles de azúcar empiezan a bajar y el cuerpo te pide más. Este mal hábito crea un círculo vicioso y puede llevar a desarrollar problemas de salud serios.
Pero, ¿por qué es tan difícil renunciar a las cosas dulces?
En nuestro cerebro existen varias áreas relacionadas con la sensación de hambre y deseo de comer algo dulce.
Según la neurociencia, comer, así como tener sexo, deben resultar placentera para poder asegurar la sobrevivencia. Por esto también se conocen como “recompensas naturales”.
Al realizar algo placentero (comer un pedazo de pastel de chocolate, por ejemplo), se activa un mecanismo cerebral que interpreta esta recompensa y utiliza algunos neurotransmisores para enviar señales a una parte del cerebro llamada núcleo accumbens generando una sensación agradable.
La estimulación que se crea a nivel cerebral al ver o pensar en cosas dulces es una consecuencia del mecanismo de recompensa y que nos lleva a tener antojos y comer dulces.
El hecho de que la mayoría de las personas prefiere las cosas dulces a las amargas o ácidas está relacionado con la evolución. Para nuestros antepasados amargo y ácido eran sinónimo de venenoso e inmaduro.
Cuando se come mucha azúcar aumenta el envío de señales y también la sensación de placer. Por esto, es normal que queramos repetir esta experiencia y comer dulces hasta cuando nuestro organismo no los necesita.
Los malos hábitos alimentarios pueden causar consecuencias para nuestra salud, pero la buena noticia es que se pueden romper.
COMO PUEDES PREVENIR Y DISMINUIR LAS GANAS DE COMER COSAS DULCES?
Si crees que tomas demasiada azúcar y quieres limitar tu ingesta, te proponemos nueve consejos que pueden ayudarte a adquirir nuevos hábitos más saludables:
Antes que nada, debes aprender a reconocer tus emociones.
Cuando el deseo de comer dulce se activa por el mecanismo de recompensa es posible que sin darte cuenta estés utilizando el efecto placentero del azúcar para cubrir emociones negativas. La próxima vez que tu cuerpo te pida algo dulce, intenta parar unos minutos y pregúntate cómo te sientes, si hay algo que te está produciendo ansiedad y estrés. En este caso, trabajar estas emociones y los problemas que te provocan malestar te ayudará a sentirte mejor y dejar de buscar soluciones ineficaces como la ingesta de azúcar.
9 CONSEJOS CONTRA LOS ANTOJOS DE DULCES
1. AUMENTAR LA INGESTA DE PROTEÍNAS
La alimentación debe proporcionan una cantidad suficiente de proteínas, un macronutriente que resulta más saciante que los hidratos de carbono. Los alimentos ricos en proteínas son las legumbres (incluidos los derivados de la soja, como el tofu), los frutos secos, las semillas y los yogures.
2. ELEGIR GRASAS SALUDABLES
Las grasas no son malas para la salud, pero muchas personas aún lo creen y no consiguen la suficiente cantidad de ácidos grasos esenciales que necesitan, lo que hace más probable los antajos. Por desgracia, el cuerpo no puede transmitir claramente qué tipo de nutriente necesita y para satisfacer el hambre solemos elegir dulce.
El cuerpo necesita grasas saludables para absorber vitaminas liposolubles como las vitaminas A y E o para producir hormonas y enzimas. Una cierta cantidad de grasa también es saciante y reduce la inflamación en el cuerpo. Las grasas saludables están en el aceite de oliva, el aceite y las semillas de lino, los frutos secos y las semillas.
3. SOLO HIDRATOS DE CARBONO COMPLEJOS
El pan y otros alimentos elaborados con harina refinada solo proporcionan hidratos de carbono simples. Esto significa que estos alimentos son menos saciantes debido a que no aportan fibra y el nivel de azúcar en la sangre va a fluctuar demasiado, lo que favorece los antojos.
Es mejor elegir alimentos que aporten carbohidratos complejos: contienen más nutrientes, vitaminas y minerales, más fibra y, por lo tanto, te mantienen satisfecho durante más tiempo. Los carbohidratos complejos típicos son los productos integrales, las legumbres, las verduras y las frutas.
4. MAGNESIO Y SODIO
¿Estás constantemente anhelando azúcar, chocolate y otros dulces? Entonces tu cuerpo podría tener deficiencia de magnesio. ¿O es más un antojo de comida salada? Entonces el cuerpo podría carecer de sodio.
El magnesio y el sodio son dos minerales que el cuerpo pierde rápidamente a través del sudor. Si no se reponen, se desarrolla una deficiencia que, además de otros síntomas, también puede manifestarse en un hambre voraz. Los alimentos ricos en magnesio son:
- Pipas de girasol
- Avena
- Arroz integral
- Pan integral
- Chocolate negro
- Almendras
Para compensar una deficiencia de sodio, a menudo es suficiente agregar un poco más de sal marina o yodada a las comidas.
5. SUEÑO Y REGENERACIÓN
Por la noche nuestro cuerpo descansa, las células y los tejidos se regeneran, el cerebro procesa impresiones y experiencias y se moldea la conducta alimentaria del día siguiente.
Si no duermes lo suficiente, liberas más hormona del hambre grelina a lo largo del día, por lo que sientes hambre con más frecuencia. Por lo tanto, es importante encontrar la cantidad óptima de sueño. Para unos son seis horas y media, para otrosm hasta nueve horas.
6. EVITA EL ESTRÉS
El estrés provoca el consumo de energía y aumenta la tendencia al picoteo. El problema es que a menudo los snacks contienen demasiadas calorías. Es mejor tomar descansos regulares y encontrar un equilibrio.
Ya sea meditando, haciendo ejercicio, durmiendo más, leyendo un libro, o reuniéndose con amigos, haz cosas para salir de tu rutina y evitar el estrés.
7. DEPORTES Y EJERCICIO
Los antojos a menudo también tienen que ver con las emociones. Ya sea estrés, tristeza o enfado, muchas personas compensan sus emociones con comida para sentirse mejor después. Este efecto a menudo solo dura poco tiempo. Es mejor mantener altas las hormonas de la felicidad a largo plazo, por ejemplo, a través del deporte.
Encuentra un deporte que disfrutes y que te dé todo lo que necesitas. Quienes practican deportes a menudo comen de manera más saludable y tienen menos probabilidades de tener hambre.
8. BEBE LO SUFICIENTE
La sed y el hambre a menudo se confunden entre sí. Debes beber de 1,5 a 2 litros de
agua o infusiones sin endulzar al día. Si practicas deportes o realizas trabajo físico pesado, debes beber todavía más.
Si no estás segura de si tienes hambre o sed, bebe un vaso grande de agua y espera unos minutos. Si el hambre no mejora, toma un refrigerio nutritivo para ayudar a combatir el hambre.
9. NO LOS TENGAS AL ALCANCE
Más allá de todas las explicaciones fisiológicas, si nos encaprichamos y caemos en la tentación de consumir alimentos que solo aportan azúcar es porque estos productos existen y los tenemos al alcance de la mano. Procura que no entren en casa.
En cambio, ten siempre en la nevera vegetales saludables y deliciosos que puedas picar, como zanahorias, pepinos, tomates cherry, etc. Cuanto tengas un antojo, recurre a ellos.
Busca actividades alternativas porque a veces, la demanda de azúcar puede ser una estrategia de tu cerebro para huir del aburrimiento. Para evitar de alimentar este mal hábito intenta mantener tu mente ocupada, lee, sal a dar un paseo, llama a un amigo, empieza alguna actividad nueva, visita un museo, decora tu casa...hay mil actividades que seguro puedes hacer en tu ciudad
Evidentemente, no siempre es fácil controlar los antojos. En esos momentos es importante que escojas opciones saludables.
Toma nota de algunas opciones saludables para cuando no logres controlar la necesidad de azúcar:
- Ensalada de frutas
- Yogur natural con frutas del bosque y algo de avena
- Dátiles.
- Frutos secos.
- Manzana u otra fruta de temporada (una pieza)
Además, para trabajar nuevos hábitos más saludables que te ayuden a comer menos dulces puedes planificar tus menús semanales con ingredientes sanos para una dieta más equilibrada.
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