La jubilación es una etapa significativa en la vida de cualquier persona. Es el momento en que se deja de trabajar formalmente, lo que puede tener un impacto profundo en la identidad, la rutina diaria, y la salud mental.
La jubilación no es solamente un evento vital específico, sino que es además un proceso con diferentes fases que se da a lo largo del tiempo. Este proceso no tiene por qué ser irremediablemente un proceso negativo. De hecho, todos conocemos muchas personas jubiladas o que están en este proceso, que lo viven de una manera positiva.
Esta etapa de la vida implica cambios profundos y pueden ser tanto desafiantes como gratificantes.
Desde la pérdida de la identidad laboral, hasta la posibilidad de explorar nuevos intereses, cada persona experimenta la jubilación de manera única.
Los desafíos emocionales son reales, pero pueden manejarse con estrategias adecuadas que incluyan la creación de una nueva identidad, el mantenimiento de lazos sociales, el cuidado de la salud física y emocional, así como una planificación financiera cuidadosa.
Para algunas personas, la jubilación es una fase de libertad y nuevas oportunidades; para otras, puede ser una etapa de incertidumbre, pérdida de propósito y ajustes emocionales.
Abordar estos aspectos de manera consciente puede permitir que la jubilación se convierta en una etapa de crecimiento, aprendizaje y satisfacción personal.
En este artículo exploraremos los aspectos psicológicos de la vida después de la jubilación, ofreciendo una comprensión de los desafíos y las oportunidades que presenta esta etapa, proponiendo estrategias para adaptarse a ella de manera saludable.
Redefinición de tu identidad
La identidad personal está a menudo fuertemente vinculada con la vida profesional, y después de décadas de trabajo, la pérdida de esa identidad laboral puede generar una crisis existencial en algunas personas.
La jubilación implica una transición desde una identidad definida por la carrera y los logros profesionales hacia una identidad que debe construirse de nuevo, por lo que este cambio puede llevar a sentimientos de pérdida y confusión.
Para evitar una crisis de identidad, es importante trabajar en la creación de una nueva fase personal que puede implicar:
- Descubrir nuevos intereses y pasiones.
- Desarrollar habilidades y talentos que no estaban relacionados con el trabajo.
- Participar en actividades que aporten sentido, como el voluntariado o el trabajo comunitario.
En el estudio realizado por Reitzes y Mutran se encontró que las personas que tienen una variedad de roles sociales (más allá del rol laboral) antes de jubilarse tienden a tener una transición más suave hacia la jubilación.
La transición a la jubilación significa también la desaparición de la estructura diaria proporcionada por el trabajo. Muchas personas que se jubilan enfrentan el desafío de tener mucho tiempo libre, lo que puede llevar a sentimientos de aburrimiento, inutilidad y falta de propósito. Sin embargo, este tiempo libre también puede ser una oportunidad para explorar nuevas actividades y hobbies.
Las investigaciones sugieren que establecer una rutina diaria es clave para mantener la salud mental después de la jubilación. Planificar actividades regulares, como hacer ejercicio, leer, participar en grupos sociales o tomar clases, puede ayudar a mantener una estructura saludable. Además, el desarrollo de un “horario de jubilado” puede ofrecer una sensación de propósito y dirección en esta nueva etapa de vida.
La importancia del entorno social
La vida social cambia significativamente después de la jubilación. Muchas personas han desarrollado sus redes sociales a través del trabajo, y dejar el empleo puede llevar a una reducción en las interacciones sociales y al aislamiento. El aislamiento social es un factor de riesgo importante para la salud mental en personas mayores y se asocia con la depresión, la ansiedad y el deterioro cognitivo.
Para contrarrestar el aislamiento social, es fundamental:
- Mantener y fortalecer las relaciones existentes.
- Construir nuevas conexiones, uniéndose a grupos sociales, clubes o actividades recreativas.
- Buscar oportunidades de voluntariado, que no solo fomentan la interacción social, sino que también aportan un sentido de propósito.
Un estudio publicado en el “Journal of Gerontology” encontró que aquellos que mantienen fuertes lazos sociales durante la jubilación tienen un mayor bienestar emocional y menos síntomas de depresión.
Afronta la ansiedad y la depresión
La jubilación puede ser una fuente de estrés emocional. La ansiedad y la depresión son condiciones comunes en personas que no se adaptan bien a la jubilación, especialmente cuando enfrentan problemas financieros, pérdida de identidad o cambios en la salud. Las personas que experimentan dificultades en la transición deben tener un apoyo emocional y psicológico.
Técnicas como la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) han demostrado ser efectivas para enfrentar la ansiedad y la depresión. Ayuda a comprender cómo interpretamos y pensamos sobre nosotros mismos, los demás y el mundo que nos rodea, así como el impacto que tienen nuestras acciones en nuestros pensamientos y emociones.
Esta terapia permite modificar tanto los pensamientos ("cognitivo") como las conductas ("conductual") para promover un bienestar emocional. A diferencia de otras terapias de conversación, la TCC se enfoca en los problemas y dificultades presentes, en el "aquí y ahora", y en lugar de profundizar en las causas pasadas del malestar, busca estrategias para mejorar el estado de ánimo actual.
Estas técnicas permiten a los individuos identificar pensamientos negativos y distorsionados sobre la jubilación y reemplazarlos por pensamientos más realistas y positivos.
Además, el mindfulness o la atención plena puede ser una herramienta valiosa para manejar el estrés, ya que promueve la aceptación del momento presente y la reducción de la ansiedad anticipatoria.
Trabaja en tu crecimiento personal
Lejos de ser solo una etapa de declive, la jubilación puede ofrecer numerosas oportunidades de crecimiento personal y de desarrollo. La jubilación proporciona tiempo para explorar intereses que hayas postergado por el trabajo, aprender nuevas habilidades y dedicar el tiempo a actividades que te den satisfacción personal.
El concepto de “crecimiento post-jubilación” hace referencia a la idea de que, en lugar de ser una etapa de pérdidas, la jubilación puede ser un período de ganancia personal. Muchas personas encuentran en la jubilación una oportunidad para redefinir su propósito y perseguir actividades significativas, lo que contribuye a una mejor salud mental.
La salud física y el bienestar mental
Mantener una buena salud física es crucial para el bienestar psicológico durante la jubilación. El ejercicio regular no solo ayuda a prevenir enfermedades físicas, sino que también mejora el estado de ánimo, reduce la ansiedad y combate la depresión. Incluso actividades suaves como caminar, practicar yoga o hacer ejercicios de estiramiento pueden tener un impacto positivo en la salud mental.
Muchos estudios e investigaciones demuestran que los adultos mayores que participan en actividades físicas regulares tienen un menor riesgo de experimentar síntomas depresivos y una mayor satisfacción con su vida.
Anticípate a la jubilación
Uno de los principales factores de estrés durante la jubilación es la incertidumbre financiera. La preocupación por la estabilidad económica puede afectar negativamente la salud mental y el bienestar general. Por esta razón, la planificación financiera adecuada antes de la jubilación es esencial para reducir la ansiedad.
Trabajar con un asesor financiero para crear un plan que cubra las necesidades a largo plazo puede ofrecer una sensación de seguridad y permite que los jubilados se concentren en disfrutar de esta etapa de vida. La seguridad financiera está directamente relacionada con un mayor bienestar emocional, y puede ayudarte a sentirte más libre y capaz de explorar nuevas oportunidades.
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