¿Sabías que el envejecimiento no se produce porque estemos programados para envejecer? Todo lo contrario: tenemos unos genes que nos mantienen jóvenes, pero que dejan de funcionar correctamente a partir de una determinada edad. Así lo demuestra el libro de divulgación científica sobre el envejecimiento titulado “Morir joven a los 140”.
Sus autoras son Maria Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, y Mónica Salomone, periodista especializada en ciencia. El libro cuenta el estado actual de las investigaciones en envejecimiento y cómo eso puede ayudar a prevenir y a tratar más eficientemente determinadas enfermedades.
Sostienen que la extendida idea de que no se puede hacer nada contra los efectos del retraso del envejecimiento está del todo equivocada, y aportan datos científicos sobre si se puede frenar el reloj biológico y sobre qué parte de nuestra biología nos confiere vivir más que otros animales. El libro desgrana la aportación que diversos científicos han hecho sobre estas cuestiones, en las que confluyen múltiples disciplinas.
¿Cuánto puede llegar a vivir un ser humano?
La esperanza de vida humana ha crecido más del doble desde la época de la Ilustración, cuando el promedio se quedaba en apenas 40 años.
No quiere decir que en Europa no hubiera ancianos, pero muchas personas (infancia incluida) caían víctimas de enfermedades, heridas de guerra y partos malogrados antes de alcanzarla. Ahora esta cifra ronda los 80. La cuestión es, por lo tanto, si esos 80 o 90 años es lo máximo a lo que la mayoría podemos aspirar con un entorno que minimice el impacto de los factores ‘externos’ que nos hacen morir.
Explica Nick Stroustrup, investigador en el Centro de Regulación Genómica en Barcelona, que la ‘esperanza de vida’ es en realidad bastante difícil de estimar por la sencilla razón de que “el futuro es incierto”. Este estudio se basa en la “tradición de modelar datos históricos de mortalidad. Pero no nos vale para dar con una teórica edad límite para la vida humana”, explica ; en este centro se investiga la longevidad con unos seres muy peculiares: gusanos idénticos. Sus más de 20.000 ejemplares buscan responder a por qué dos seres idénticos genéticamente, viviendo en condiciones parecidas, no van a vivir lo mismo.
Pero…¿Qué es envejecer?
Si atendemos a lo que ocurre en otras especies, el envejecimiento no es inevitable. Hay especies que viven apenas unos meses. El envejecimiento biológico es el proceso subyacente que conduce al envejecimiento demográfico: el rápido aumento del riesgo de muerte con la edad. No es una definición muy biológica del asunto, pero es la más usada a nivel demográfico.
La mayoría de las personas en el campo del envejecimiento están llegando a la idea de que, mecánicamente, el envejecimiento es multifactorial y que muchos mecanismos biológicos contribuyen a una disminución funcional sistemática. Dicho de otro modo, envejecer es tener más probabilidades de padecer enfermedades.
En 2021 preguntamos al doctor Eugenio Viña, catedrático y Premio Nacional de Investigación en Biomedicina en 1998, que lleva cuatro décadas estudiando factores genéticos y nutricionales que influyen en el envejecimiento. “Es verdad que envejecemos porque nos oxidamos, pero no es toda la verdad. Hay otras cosas que nos llevan al colapso energético y vital”, explicaba el profesor. Por ese lado no encontramos una cifra que marque la edad límite de la vida humana.
“El acortamiento de los telómeros es otra cara del envejecimiento. Los cromosomas, que empaquetan el ADN, tienen unos remates que son esos telómeros. Cada vez que la célula se divide, se acortan un poquito. Llega un momento en que esa capa protectora es tan corta que ya no puede duplicarse más”. Al menos hay otros siete marcadores distintivos del envejecimiento en nuestras células.
Uno de los cambios más importantes es la llamada metilación. En la metilación se añade un químico a nuestro ADN para que todo vaya bien y con la edad, disminuye de forma generalizada la metilación, aumentando el riesgo de encender genes que expresan deterioro y enfermedades. Por eso, conocer la cantidad y lugares de metilación del ADN podría ser una forma útil de medir el envejecimiento, comentan los científicos.
Calidad de Vida
Ya no se trata solo de vivir más años, sino de alargar la vida y hacerlo con una calidad de vida aceptable.
Hasta ahora, se tenía en cuenta solo lo que se conoce como lifespan. Es decir, la cantidad de años que podíamos llegar a vivir. Recientemente, el término acuñado como healthspan ha empezado a tomar mayor protagonismo. Su traducción literal es “el número de años que alguien vive o puede esperar vivir con una salud razonablemente buena”. Es aquí donde se halla el verdadero reto de la ciencia de hoy.
“La primera persona que se tomará una pastilla para envejecer menos ya ha nacido”.
Estas palabras son de Salvador Macip, director de los estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y catedrático de Medicina Molecular por la Universidad de Leicester, donde combina parte de su actividad de investigación con la dirección y coordinación de los estudios de máster y doctorado en Barcelona. A pesar de que los estudios acerca de la efectividad de los senolíticos todavía se encuentran en una fase muy inicial, Macip afirma que la carrera por encontrar un fármaco que aminore el envejecimiento ya ha empezado.
En el 2011 ya se demostró que los senolíticos tenían efectos antiedad en ratones. Eso sí: se trataba de animales modificados genéticamente. “En los humanos todavía no podemos hacer modificaciones genéticas, por lo que la solución reside en encontrar un fármaco lo suficientemente avanzado para que tenga un efecto similar en el cuerpo”, dice Macip.
Según el Dr Macip, “si conseguimos desarrollar estos fármacos de forma óptima, no es nada descabellado pensar en que alguien podría llegar a vivir hasta los 130 o 140 años con una salud razonable”.
Además del éxito en los animales modificados genéticamente, las primeras pruebas con fármacos en estos mismos animales fueron un éxito. El equipo de investigadores dirigidos por James Kirkland, de la prestigiosa clínica Mayo (Rochester, Minneapolis), vio como los ratones a los que se les suministraba el fármaco vivían hasta un 36% más en comparación con los que no lo recibían, y con una calidad de vida más que aceptable.
Frenar el envejecimiento
Se ha convertido en una de las obsesiones de Silicon Valley. Peter Thiel, cofundador de PayPal, asegura que gracias a los avances científicos en los que está invirtiendo vivirá 120 años. Modesto objetivo comparado con los planes de Google, que aspira directamente a curar la muerte. Para ello el gigante tecnológico ha creado Calico (California Life Company), una empresa en la que se han invertido cientos de millones de dólares a la que rodea el máximo secretismo.También en California está Human Longevity. La fundó en 2014 el pionero de la genómica, Craig Venter, y ha recaudado 300 millones de dólares en sus dos primeros años de trabajo. Descifrará el genoma humano de cientos de miles de personas de forma industrial para crear una gran base de datos. A medida que se vayan secuenciando genomas, y se analicen con big data, se entenderá mejor por qué unas personas viven más que otras.«Estudiando cómo prevenir el envejecimiento aprenderemos a tratar enfermedades asociadas a él que hasta ahora carecen de tratamiento efectivo», explica Blasco. «Hasta ahora, el que quería encontrar una cura para el alzheimer, estudiaba sólo a pacientes con esta enfermedad. Y lo mismo con el cáncer, el parkinson o las enfermedades cardiovasculares... Pero igual que las enfermedades infecciosas se combaten atacando los virus o bacterias que las producen, ¿por qué no atacar el agente causal de las enfermedades asociadas a la edad? Cuando entendamos por qué envejecemos, viviremos muchos más años y mucho más sanos.
“Envejecer no es inevitable, no está programado en la vida de los organismos», afirma Manuel Serrano, director del Programa de Oncología Molecular del CNIO. «¿Por qué vamos a aceptarlo si no aceptamos un virus o una infección?». Serrano tiene para explicarse una gráfica de la supervivencia de los humanos hasta hace 10.000 años que muestra que la vida media estaba entonces en los 15 años. «Algunos llegaban, de manera extraordinaria hasta los 30. En el Neolítico no se envejecía, ni se tenían enfermedades. Los vivos estaban muy sanos porque la principal causa de muerte era el hambre, el frío y la violencia. No se morían de cáncer porque no vivían para desarrollarlo»
Fármacos
Además de la terapia génica, también se están haciendo avances serios en la vía farmacológica. En un futuro, habrían fármacos antienvejecimiento con moléculas como la espermidina, la metformina, la rapamicina y el resveratrol. La candidata favorita a convertirse en la píldora de la juventud es la metformina. No es un compuesto nuevo. Hace más de 50 años que se usa en el tratamiento de diabetes, pero varios estudios han demostrado que los pacientes que la toman sufren menos cáncer, demencia y enfermedades cardiovasculares.
Hace unos meses la Agencia Norteamericana del Medicamento (FDA) autorizaba el primer ensayo clínico en humanos, el primero en el campo del antiedad y servirá para demostrar si la metformina «rejuvenece» a 3.000 voluntarios de entre 70 y 80 años y en la próxima década se conocerán los resultados.
Otro de los compuestos que podría convertirse en un fármaco antienvejecimiento es la rapamicina, el National Institute of Ageing de EEUU demostró que la rapamicina alarga la vida de los ratones un 13%. Ahora, la Universidad de Washington la está probando con perros y, según The New York Times, los primeros resultados son esperanzadores.
Dibujar un futuro con sociedades más longevas pasa por grandes cambios en nuestra manera de relacionarnos o en conceptos sobre la sociedad, el amor, la familia o la proyección de una vida finita.
¿Cambiará nuestro concepto de la edad?
“El tránsito hacia una duración de la vida hasta los 150 años probablemente se haga de manera pausada, de modo que tendremos tiempo de asimilar poder llegar a esa edad y asumir las posibles consecuencias psicológicas que tiene”, explica Juan Manuel García González, sociólogo especializado en superlongevidad y primer autor del reciente estudio Investigación en personas de 100 y más años.
Vivir en sociedades más longevas podría afectar a nuestra manera de relacionarnos o a cosas tan básicas como nuestro concepto del amor o la familia, según explica el filósofo Juan Antonio Valor Yébenes. Nuestro concepto de la edad no será el mismo, y tampoco lo será ser joven o ser viejo, así como las actividades que asociamos a estas épocas. Todo puede variar porque todo está inducido según nuestro concepto actual de senectud.
Hasta ahora, “este aumento de la esperanza de vida, y por ende de la longevidad, es decir, que cada vez más personas cumplan edades cada vez más avanzadas, ya ha cambiado nuestra sociedad y ha estado acompañado de un cambio en el modelo familiar derivado de una natalidad cada vez más baja: los hogares son más pequeños y las familias menos extensas”.
Mientras el mundo académico continúa su carrera a contrarreloj para estudiar estas cuestiones y tratar de conocer cómo será nuestra vejez en el futuro, la nueva longevidad avanza a pasos agigantados. El objetivo actual es que la ciencia del presente sirva de “punto de partida para el creciente número de estudios de ciencias sociales sobre centenarios que se publicarán en España en un futuro a corto y medio plazo y que acogerá un abanico de investigaciones muy diversas”.
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2011/11/111103_envejecimiento_retraso_men
https://www.nytimes.com/es/2023/06/13/espanol/taurina-retarda-envejecimiento.html
https://www.elmundo.es/papel/historias/2016/05/29/5746de4f22601d2a488b469a.html
https://www.lavanguardia.com/vivo/longevity/20231003/9268297/senoliticos-santo-grial-envejecimiento-medicamentos-alargarnos-vida-140-anos.html
https://www.newtral.es/edad-limite-fijada-la-vida-humana-record-de-longevidad/20230402/
https://www.nationalgeographic.es/ciencia/2021/10/vivir-150-anos-que-consecuencias-tendra-la-superlongevidad
https://prima-derm.com/blog/2016/06/27/la-genetica-permitira-vivir-hasta-los-140-anos/
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